sábado, 13 de diciembre de 2008

El recorrido

Nuestro recorrido durante el viaje

De Luarca a Gijón

La primera parada del día fue Cudillero. No dejéis de verlo si estáis por allí, porque es uno de los pueblos más bonitos de la zona. Las casas parecen colgadas de las colinas, y se observa aún el ambiente marinero, aunque el turismo lo oculte frecuentemente. Podéis comer allí merluza del pincho, que se pesca por esos lugares.

Y finalmente, Gijón, donde llegamos por la tarde. Perdimos un montón de tiempo en buscar alojamiento para nosotros, y para el coche, porque después de dar vueltas y vueltas sin conseguir encontrar aparcamiento, conseguimos dejarlo en un parking público, a precio de oro, pero en fin. No es Gijón un buen sitio para llevar el coche, pero sí para visitarlo. La marcha nocturna es espectacular. La gente llena las calles tomando sidras, y hay multitud de bares de copas.


Y por la tarde, camino a Valladolid y vuenta a la triste y dura rutina diaria.

De Ortigueira a Luarca

Dejamos Coruña para pasar a la Mariña Lucense. Es una zona que abarca desde el puente sobre el río Sor hasta Ribadeo, límite ya con Asturias.

Hicimos parada en Viveido, y nos dirigimos a la Playa de las Catedrales. La verdad es que merece mucho la pena la visita, pero la gran cantidad de gente que había allí la hacía perder parte de su encanto; sin embargo, todo mejoró cuando se puso a llover y la gente se marchó.
La playa es única en Galicia. La intensa erosión del mar sobre los acantilados originó entrantes y salientes en le roca, pasadizos, grutas, y pedazos de roca aislados o unidos a tierra por gigantescos arcos rocosos.

Fuimos después a Luarca, donde habíamos quedado con unos amigos que casualmente estaban también por la zona. Nos alojamos en un pueblecito cercano a Luarca, en el Cabo Bustos. Era una habitación en una casa particular, porque la casa rural donde pensabamos ir estaba completa. Por cierto, buen sitio Luarca para ir de sidras...

Un lugar que nos encantó en Luarca es el Aula del Mar del CEPESMA. Cuenta con una exposición en la que se pueden observar 8 de los calamares gigantes más grandes y mejor conservados del mundo. A través de esta exposición, así como de documentales y conferencias, se encarga de dar a conocer el ecosistema marino e intentar sensibilizar a la población de la necesidad de conservarlo.

De Cedeira a Ortigueira

La mañana la comenzamos visitando Punta Candelaria, bajo una lluvia intensa, que pese a todo, no empañaba la belleza del lugar. Estabamos un poco cansados de lluvia, pero... es Galicia, y si queremos eso paisajes, tiene que llover. Es ese un paisaje bastante agreste, poco visitado, y con caballos salvajes en medio de la carretera que lleva al faro.

Nos empezaba a sonreir el tiempo, y la lluvia dejó paso a un sol espléndido mientras nos dirigíamos a San Andrés de Teixido. Según el dicho popular, a San Andrés de Tixido "vai de morto o que non vai de vivo" (va de muerto el que no va de vivo), y no se debe matar ningún animal o insecto, pues puede ser la reencarnación de alguien que no pudo ir en vida. Ufff, nosotros ya fuimos.



Seguimos camino por la linea de la costa sobre la sierra de A Capelada, y llegamos al mirador de la Garita de Herbeira, un impresionante mirador sobre los cantilados del Cantábrico, con una caída de hasta 613 metros de altura. Junto al mirador hay un parque eólico que estropea un poco el encanto del entorno.



El siguiente alto en el camino sería el mirador de A Miranda, un verdadero balcón sobre la ría de
Ortigueira. Parecía increíble como una de las zonas más impresionantes de Galicia se encontraba prácticamente olvidada del turismo (afortunadamente), pese a ser finales de Julio. No encontramos absolutamente a nadie . Increíble, pero cierto.







Junto al municipio de Cariño están los acantilados del Cabo Ortegal. Desde allí se contempla una impresionante panorámica de la unión del Océano Atlántico y el Mar Cantábrico.



Desde Ortegal fuimos en dirección Ortigueira, parando en la playa de Figueiras. Ya en el pueblo buscamos alojamiento, y como aún era pronto, fuimos a la Estaca de Bares, el punto más al norte de la península. Entre la Estaca y Ortigueira de encuentra Porto Espasante, donde existe un castro celta de entre los siglos IV y I a.C. Y desde allí, a Ortigueira. No era el festival de música Celta, pero eran las fiestas del Pueblo, así que aprovechamos para salir un rato.

De Vilalba a Cedeira

Amaneció en Vilalba con el día un poco triste y medio lluvioso. Nos dirigimos hacia la costa en dirección Ferrol, donde no paramos, y seguimos la línea de la costa. Paramos a comer en Meirás, que tiene una playa verdaderamente preciosa.



De momento el tiempo no acompañaba, pero Judit ya estaba epezando a plantear meterse en el mar. Quizás en Valdoviño, cuya enorme playa de dunas se podía divisar desde el privilegiado emplazamiento de punta Frouxeira.

Junto a la playa, y separada por una duna, se encuentra la Laguna de Frouxeira, que constituye un interesante ecosistema para las aves migratorias que a menudo toman esas aguas como descanso en sus migraciones durante las estaciones de Primavera y de Otoño.

Y llegamos a Cedeira, mientras que el tiempo comenzaba a empeorar. Las tapas por esos lares eran más que abundantes, y puedes ponerte morado a pescado de la zona, a muy buen precio. Allí nos costó un poco encontrar alojamiento, pero finalmente lo conseguimos.

Astorga, Lugo y Vilalba



Salimos de Villamor de los Escuderos (Zamora), el pueblo de Judit, con dirección Astorga. Merece la pena su visita, y parar a ver la Catedral, el Palacio Episcopal de Gaudí, y el curioso reloj con los maragatos.

De allí fuimos a Lugo, cuyo principal atractivo es la muralla, que rodea todo el casco antiguo de la ciudad. Su perímetro rebasa los 2 Km. A pesar de las reformas, constituye el mejor recinto amurallado romano de la península. Allí nos cogimos una pequeña gastroenteritis que nos duró hasta el día siguiente, y cansados, fuimos a Vilalba. Allí hicimos noche en el parador.